viernes, 27 de febrero de 2009

Bola roja


Si a tu corazón yo llego igual, todo siempre se podrá elegir.
No me escribas la pared, sólo quiero estar entre tu piel.
Y si acaso no brillara el sol, y quedara yo atrapado aquí,
no vería la razón en seguir viviendo sin tu amor...
y hoy que, enloquecido vuelvo buscando tu querer,
no queda mas que viento...no queda mas que viento
Luis Alberto Spinetta

Colgados





Todo lo que se da llega a destiempo.
No existe otra manera.
Entre el ojo y la mano hay un abismo.
Entre el quiero y el puedo hay un ahogado.
Un país que asoma su cabeza deforme en una carta,
y va a darse a destiempo, nada es lo que esperabas.
Y lo que llega envuelto en papel de regalo se irá sucio de odio.
Bailamos entre los escombros de una cita.
Dibujamos una taza de café en el desierto.
Vivimos de sumar y de restar:
lo que te da el amor, lo que te quita el miedo.
Al final nos entregan los huesos de un perfume.
Aún así persistimos.
En alguna montaña vive un pez resbaloso.
Entre números rotos se desliza una estrella.
ENVÍOS, de Jorge Boccanera

Doce y trece





DECIMOSEGUNDA LECCIÓN

La sabiduría vive y, por lo tanto, siempre es imprevisible. El orden es otra cara del caos, el caos es otra cara del orden. La incertidumbre interior es la puerta hacia la sabiduría. El aventurero siempre irá acompañado de la inseguridad, pero aunque tropieza, nunca cae. El orden humano está hecho de reglas. El orden del mago no tiene reglas, fluye con la naturaleza de la vida.

DECIMOTERCERA LECCIÓN

La realidad que experimentamos es el reflejo de nuestras expectativas. Si proyectamos las mismas imágenes todos los días, nuestra realidad será idéntica día tras día. Cuando la atención es perfecta, crea orden y claridad a partir del caos y la confusión.

Deepak Chopra (El sendero del mago)

Leyendo el diario


Belgrano, Febrero de 2009.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Achega








Lluvia,
somos dos extranjeros,
mi nombre como el tuyo es una travesía,
un deambular por puertas cerradas para siempre.

La gente entra en mi sueño como por otra casa
y tus breves colores se deshacen contra el olvido,
pero ya lo sabemos,
no hay nada que tratar con su navaja,
nada que preguntar en sus regiones.

Lluvia,
somos dos extranjeros,
nos separa una herida.
Oración para un extranjero, de J. Boccanera

Villa Urquiza, Enero de 2009.

martes, 3 de febrero de 2009

Cerrado


A veces nos damos cuenta de algo entre la noche y la noche. Unimos cabos sueltos. Leemos la disposición de las estrellas. Vemos cómo el macrocosmos habla del microcosmos. Llegamos a límites donde la decisión es ineludible. Arribamos a fronteras donde se nos requisa todo, absolutamente todo. Y quedamos solos. En medio del océano, nuestra pequeña embarcación y nosotros. Sin brújulas ni guías. Y ahí es recién donde vemos de que estamos hechos.
Siempre está la opción de tirarse al mar.
O buscar una isla. Lo cierto, lo que incomoda es la incertidumbre. Es no saber si a dónde nos dirigimos es en realidad a dónde queremos volver. Lo que creemos es un viaje de ida, en realidad es un viaje de regreso.
Y ahora tengo otra respuesta para una pregunta de hace unos días. Sí hay algo más allá de esta vida. Hay un lugar donde nos reencontraremos con quienes nos abandonaron en este viaje. Se trata de volver de dónde nos fuimos hace mucho mucho tiempo, donde ya no recordamos habernos ido.
Hacia allí voy. Pero por ahora está cerrado. Me prepararé mientras espero.