martes, 3 de febrero de 2009

Cerrado


A veces nos damos cuenta de algo entre la noche y la noche. Unimos cabos sueltos. Leemos la disposición de las estrellas. Vemos cómo el macrocosmos habla del microcosmos. Llegamos a límites donde la decisión es ineludible. Arribamos a fronteras donde se nos requisa todo, absolutamente todo. Y quedamos solos. En medio del océano, nuestra pequeña embarcación y nosotros. Sin brújulas ni guías. Y ahí es recién donde vemos de que estamos hechos.
Siempre está la opción de tirarse al mar.
O buscar una isla. Lo cierto, lo que incomoda es la incertidumbre. Es no saber si a dónde nos dirigimos es en realidad a dónde queremos volver. Lo que creemos es un viaje de ida, en realidad es un viaje de regreso.
Y ahora tengo otra respuesta para una pregunta de hace unos días. Sí hay algo más allá de esta vida. Hay un lugar donde nos reencontraremos con quienes nos abandonaron en este viaje. Se trata de volver de dónde nos fuimos hace mucho mucho tiempo, donde ya no recordamos habernos ido.
Hacia allí voy. Pero por ahora está cerrado. Me prepararé mientras espero.

No hay comentarios: