lunes, 31 de marzo de 2008

Donde hubo fuego...


"Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema".
CÉSAR VALLEJO, Los heraldos negros

...que cien volando


Te tocó caer. En mi egoísmo me alegro de sobrevivirte y poder retratarte. Los ojos detrás de los lentes aún buscan la luz.

Agua arriba, agua abajo



Shuvia. Agua que viene, agua que va. Del agua somos y al agua vamos. Sheve fuera y sheve dentro. Mis ojos detrás de los lentes, cansados de shover, esperan el sol de tu amor. Pero el peso de la cabeza anuncia nubes, rayos y centeshas. El alma oscura y los pies desnudos. Mi espíritu pronto se resfriará si no regresas.

el peso de la cabeza


Causante de todos los males, su peso implacable reduce a polvo el ánimos de los trabajadores matinales. Algún día hombres decapitados enseñarán el bienestar del vivir con el cuello libre de opresión. Algún día los cerebros serán instalados en las extremidades. ¿Dónde está tu cabeza, Sr. Árbol? Los hombres preocupados debería caminar con las manos y la cabeza colgando, mostrándole al sol el sitio más oscuro del cuerpo humano. ¿Los idiotas, con sus encéfalos reducidos, necesitan almohadas con menos plumas? Pero no, eres irremplazable, cabecita mía. Estamos condenados a convivir por el resto de nuestros días. Si te portas bien, te evitaré las pastillas, las aspirinas, el humo. Pero tú debes dormir más seguido, de acuerdo?

Ejércitos de colores





Un, dos, tres. Maaarchen!
Infanterías rosas, artillería verde, submarino amarillo, armas floridas, cascos azules, bombardeos coloridos, arco iris en constante guerra. Todo bajo las órdenes del General Ojos Daltónicos Detrás De Los Lentes.

Colores granulosos





Tierra. Agua. Vida. Y los ojos microscópicos detrás de los lentes.

Colores viscosos






Los fluidos viscosos de tu sexo, adheridos al espeso néctar masculino, entran a mis fauces sedientas. La sangre acuosa humedece nuestros pechos sudados y sucios. Y las lenguas lamiéndolo todo.

viernes, 21 de marzo de 2008

Máscara mortuoria


Pequeño Tutankamon de pacotilla, acaso prentedes inmortalizarte? Pero esa nariz ya no recordará los aromas, vahos, perfumes y fragancias que sabido inhalar en otros tiempos. Pero esos ojos, huecos, con algodonescos párpados, no verán ni serán mirados. Solamente esa cabeza seguirá igual de dura y rígida como siempre.

Tres generaciones



1947. Una mano.
1982. Un vientre.
2008. futuro Pópoca.
Ayer, hoy y mañana. Mis ojos detrás de los lentes.

29 febrero 2008.

lunes, 17 de marzo de 2008

Al que madruga...



¿Sí? ¡Hola! ¿Señor? ¡Bueno! Ehh... agente. Disculpe...

Montevideo, febrero 2008.

Actitud playa



¡Qué desparpajo! ¡Qué irreverencia! ¡Qué osadía!

Punta del Diablo, febrero 2008.

Señores árboles





Anónimo ser que inpertérrito contemplas las atrocidades humanas, dónde están tus ojos? Tus profundas raíces se prolongan en las alas de las aves que has sabido cobijar. Alguien que desconoce el idioma del viento en tus hojas se detiene a saludarte respetuosamente.

Punta del Diablo, febrero 2008.

Morir en la playa





Si uno pudiera elegir... el lugar, el momento. Si uno pudiera elegir el paisaje último que los ojos detrás de los lentes miren. Si me dieras a elegir un último bocado para saborear, un último instante, un último recuerdo. Si en mi agonía final mi lucidez me permitiera pensar...
Si mi memoria recuperara todo su vigor. Y aunque aún no me amaras y aunque ya te hayas ido. Si fuera pez y mi destino me llevara a la playa a morir seco al sol...
En todos los silencios estás tú. Tú. Vos. Más allá de los granos de arena fría que nos separan.


Barra do Chuí - Punta del Diablo, febrero 2008.

Panes y peces







Comer... Pocas cosas son comparables con una buena comilona.
Comer... Tantas cosas son pausibles de ser devoradas.
Comer... Cuantas cosas pasan en un banquete.
Comer... Y luego eructar.
Comer... Y luego coger.
Comer... Y luego cagar.
Comer... Con los dedos.
Comer... Con el alma.
Comer... Con los sentidos todos.
Comer... Acompañado de una mujer.
Comer... Acompañado de amigos.
Comer... solo, sin perro, sin música, sin TV, sin mesa, sin plato, sin comida, sin boca, sin apetito.

Punta del Diablo - Buenos Aires, febrero 2008.

Lobos marinos





Huele mal, señorita olfativa. Lo podrido huele feo. Lo muerto, lo caduco, lo vencido, lo olvidado, lo perdido, todo huele intensamente asqueroso. Y es tiempo de dejarlo atrás. Habrá que amputar, cortar, operar, pinchar, eliminar la pus y lamernos la sangre. Pero seguir. Que sólo se trata de una herida. No hallarán mis huesos los hombres, ni el sol los verá, ni las aves carroñeras los picotearán. ¡No! No es tiempo aún. Pero en la retirada hay que distraer al enemigo, debilitarlo. Hacerle creer que estamos heridos de muerte. Pero nunca encontrarán mis huesos. Antes de eso, les caeré de sorpresa con un ejército de miles de soldados tonificados en la ardua lucha de vivir. Ya verán.

Cabo Polonio, febrero 2008.

Entre la vida y la muerte





¿Aún respiras? ¿Esto aún late? ¿Aún me ves? ¿Aún me percibes en la confusión de tus sentidos moribundos? ¿O seré yo quizá el que muere? ¿Y al morir percibo sólo imágenes impávidas, olvidando la noción de movimiento? Dime que sólo duermes, que sueñas. Dime que no me fui. Dime que viviremos o moriremos, pero juntos. No te mueras antes, ni dejes que muera. Víveme. Aunque sea siempre en ese abismo liminar donde los absolutos son difusos. Tómame de la mano al borde del precicipicio y no me sueltes, pase lo que pase. Si permanecemos o saltamos, que sea tomados de la mano. Tu equilibrio en la soga contiene mi aliento. Sé que no es fácil, pero...
Pero que lindo se ve todo desde aquí arriba.

Punta del Diablo, febrero 2008.

Aves uruguayas












Vuela tú que puedes. ¡Vuela! Mientras nosotros, los bichos terrestres, seguimos arrastrando el cuerpo de nuestro cuerpo sobre nuestras pobres patas polvorientas. Vuela, toma el aire para ti. Viaja, escapa al invierno. Muevete. No te detengas. No dejes que te alcance el frío. Usa tus plumas y levántate. Vuela pero vuelve. Y traeme por favor mensajes de otras tierras. Aquí te espero con los pies en la tierra y la cabeza flotando en el humo.

Punta del Diablo - Cabo Polonio - Barra do Chuí, febrero 2008.

Cemento y agua




¿Quién vive ahí? ¿Quién mora en la casa que da al mar? ¿Cuál es tu dirección? ¿Cuántos mensajes encerrados en botellas te han traído las olas? ¿Por qué ya no te llegan o es que ya no los abres? ¿A qué le temes? ¿Crees que es una pérdida de tiempo? ¿Y en qué gastas tu tiempo entonces? Cualquier cosa menos en preguntarte qué es lo que hay del otro lado del mar; en la otra orilla que ni tú ni yo llegamos a ver.


Cabo Polonio, febrero 2008.

Parejas




Ay si fueramos grúas. Y no aves voladoras.

Punta del Diablo - Colonia, febrero 2008.

Insectos Uruguayos




¿Pero cómo cruzar el puente? Solo, parece un abismo. Un límite infranqueable.
Si los insectos se unieran, si quisieran eliminarnos, si pudieran imaginarlo, serían los amos de esta tierra infausta. Pero cada uno va por su lado.
Repito: ¿cómo atravieso el charco?


Punta del Diablo, febrero 2008.

Más agua y más clorofila




Y luego sale el sol. Y luego el mar siempre trae algo. Y luego encuentras algo. Alguna fe renovada. Un refugio. Un oasis. Un amigo. La oportunidad en la crisis. El orden nace del caos. Los elementos se ordenan y naces tú. De entre todas las ninfas del mar. Y llegas a donde el náufrago.



Punta del Diablo, febrero 2008.

Fuera!





¿A quién se le ocurre llamarte rata con alas? Pero igual, fuera! ¿A quién se le ocurre espantarte? Pero igual, fuera! ¿A quién se le ocurre darte migas de pan? Pero ya, fuera! ¿A quién se le ocurrió pisarte para engendrarte? Pero ya, fuera! ¿A quién se le metió en la cabeza que tu creación era necesaria? Fuera y fuera! ¿A quién se le metió en la cabeza pensarte? Fuera! Fuera de todo, fuera de mi cabeza, palomas mensajeras. No traigas funestos mensajes del más allá. Quiero sólo noticias del más acá. Quiero leer enormes papiros que traerás atados a tu pata izquierda. Quiero entender tu gorjeo. Quiero pisarte y comer tus pichones delante tuyo, palomita mía. Por eso, fuera!


Montevideo, febrero 2008.