lunes, 31 de marzo de 2008

el peso de la cabeza


Causante de todos los males, su peso implacable reduce a polvo el ánimos de los trabajadores matinales. Algún día hombres decapitados enseñarán el bienestar del vivir con el cuello libre de opresión. Algún día los cerebros serán instalados en las extremidades. ¿Dónde está tu cabeza, Sr. Árbol? Los hombres preocupados debería caminar con las manos y la cabeza colgando, mostrándole al sol el sitio más oscuro del cuerpo humano. ¿Los idiotas, con sus encéfalos reducidos, necesitan almohadas con menos plumas? Pero no, eres irremplazable, cabecita mía. Estamos condenados a convivir por el resto de nuestros días. Si te portas bien, te evitaré las pastillas, las aspirinas, el humo. Pero tú debes dormir más seguido, de acuerdo?

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